Una cuenta de Facebook se crea siguiendo un par de simples pasos, el anonimato se conserva según el gusto o las necesidades del usuario, las reglas del juego están determinadas por cada país y el contrato de privacidad es diferente según las coordenadas desde las que se establezca la conexión.
Para Álvaro Soto, experto en seguridad informática e investigación forense digital, este es uno de los temas más delicados porque no existen normas unificadas con relación a los sistemas de protección y el uso autorizado que se le está dando a la red social, porque al darle los datos a este gigante, se le están entregando indirectamente a cuentas asociadas como WhatsApp e Instagram, lo que genera un cruce de información entre estas plataformas.
Y todo este movimiento masivo de información personal no se hace a espaldas del usuario, para esto se aceptan las ‘Condiciones del servicio’ a las que se valida la casilla de verificación de las 3447 palabras, para el caso de Colombia, de una manera irresponsable y dejando la privacidad a merced de los empresarios detrás de los ‘Me gusta’. “Los usuarios del común no están educados para digerir las políticas y le dan aceptar a todo sin pensar en las consecuencias, y es su responsabilidad conocer ampliamente a qué le están dando permiso”, dice Álvaro Soto.
El experto agrega que, con el objetivo de llegar a la conciencia del usuario y apoyarlo en su educación digital, es necesario generar campañas de sensibilización de tipo gubernamental y entrenar a las personas desde muy temprana edad para que no dejen sus datos a los dueños de las aplicaciones, dejándose llevar por múltiples funciones gratuitas, teniendo clara la consigna que indica que, en materia de seguridad, la buena fe no existe.
Por su parte, el abogado Hugo Alberto Castaño Zapata, afirma que, en el tema de redes sociales, y directamente lo que tiene que ver con Habeas Data, aún no es lo suficientemente difundido entre los ciudadanos y las instituciones no están conscientes de la responsabilidad que conlleva el manejo de los datos y las problemáticas a las que podrían enfrentarse en los ámbitos regulatorio y reputacional.
“Es urgente que las personas se formen en ciudadanía digital y generar una cultura de uso en plataformas como Facebook. Esto permite que conozcan las redes y comprendan que estas requieren un manejo responsable, no solo en cuanto a la información privada y sensible, sino el daño que se puede causar con un mal manejo de la misma”, señala el catedrático.